Breve historia de las minúsculas
Tal vez hayas visto alguna vez inscripciones de la Antigua Roma sin espacios ni puntuación y en letras mayúsculas. No, no es que antes escribiesen a gritos, resulta que las letras minúsculas nacieron más tarde, concretamente a finales del siglo III inspiradas en sus hermanas mayores y denominadas como cursiva romana.
Será
durante el reinado de Carlomagno cuando se estilice esta tipografía
desarrollándose la minúscula carolingia y, aunque su uso sufrió altibajos, terminó
por quedarse hasta nuestros tiempos debido a que en el siglo XV los renacentistas
venecianos, queriendo plasmar en los manuscritos la grandiosidad de la era clásica,
desarrollaron una tipografía para su república creyendo haberse inspirado en la
cursiva romana, pero sin querer tomaron de ejemplo manuscritos carolingios, y
así se fue propagando la minúscula carolingia por toda Europa a la que
denominaron lettera antica.
Con
la llegada de la imprenta, la cursiva veneciana, heredera de la lettera antica, se iría popularizando en
la impresión de los libros ya que, además de hacer más fluida la lectura,
permitía un gran ahorro de tinta al ocupar medio carril.
Fuentes: anfrix.com y Wikipedia